Instalación eléctrica domestica
La disponibilidad de electrodomésticos de distintos consumos, que permiten aumentar el nivel de confort de un hogar, obliga a disponer de suministro eléctrico en cualquier punto de una vivienda. Para dar respuesta a esta necesidad, se precisa de una instalación que permita aprovechar al máximo y sin problemas el suministro eléctrico. Las partes principales a destacar de esta instalación son: 1) el sistema para la medida del consumo; 2) el cuadro de mando, los sistemas de control de potencia absorbida y de protección a las personas; 3) el conductor de protección o de tierra; 4) la red de distribución, con las correspondientes cajas de conexión, y, finalmente, 5) los enchufes y puntos de luz, alimentados por conductores de sección suficiente.
Esta instalación empieza en el cuadro general de mando y protección y enlaza todos los receptores domésticos de energía eléctrica. Constituye la parte de la instalación propiedad de cada abonado y es el punto final de la red de instalación de la compañía, a la que se accede mediante las instalaciones de enlace. Por otra parte, las condiciones técnicas que toda instalación eléctrica ha de cumplir están reguladas en los reglamentos de baja tensión y se complementan mediante diversas normativas.
Sistema de medida del consumo
Está localizado en el contador de energía eléctrica, dispositivo encargado de medir y registrar el consumo realizado durante un período de tiempo. Está formado por dos circuitos magnéticos, uno cuyo campo depende de la tensión del circuito y otro cuyo campo es proporcional a la intensidad absorbida. La resultante de estos dos campos magnéticos afecta a un disco metálico, que gira como consecuencia del par mecánico producido. Un tornillo sin fin, situado en el eje del disco, transforma las vueltas de éste en saltos de numeración en un aparato de relojería que incorpora un cuentarrevoluciones. Cada determinado número de vueltas activa una unidad de contador.
Recibo de la electricidad
Cuando se realiza el contrato de la electricidad con la compañía suministradora, el usuario debe calcular la potencia que necesite tener a su disposición en cualquier momento. Probablemente sólo necesitará la potencia máxima en algunos momentos, por ejemplo, cuando conecte al mismo tiempo la lavadora, la estufa, la cocina u otros electrodomésticos de elevado consumo. En estas situaciones, la suma de las potencias de los diferentes aparatos conectados puede superar la potencia contratada con la compañía eléctrica, y los sistemas automáticos de protección desconectarán la red eléctrica, y para reponerla habrá que desconectar alguno de los electrodomésticos citados.
La decisión de qué potencia hay que contratar es un compromiso entre la cantidad de electrodomésticos de que
se dispone y la utilización simultánea de éstos. Este último concepto define el término potencia y constituye la primera parte del recibo de la luz.
El precio que se paga está en función de la potencia contratada y depende del nivel de electrificación de la vivienda. Los estándares de contratación básica son de 2,2 kW, 3,3 kW, 4,4 kW, 6,6 kW y 8,8 kW.
El segundo concepto de facturación es el término energía. Se calcula multiplicando el número de kilovatios-hora consumidos durante el período de vigencia del recibo por el precio vigente del kilovatio-hora.
El número de kilovatios-hora consumidos se obtiene mediante la lectura del contador eléctrico, restando al consumo total indicado el correspondiente a la indicación de la lectura realizada en la facturación anterior.
Cuadro de mando y protección
Es el equipo sobre el que se montan todos los dispositivos de protección, seguridad y distribución de la energía eléctrica. Está situado en el origen de la instalación y está constituido por los elementos siguientes:
1) interruptor de control de potencia, que protege la instalación eléctrica de cortocircuitos o sobrecargas. El interruptor de control se desconecta siempre que se conectan más aparatos eléctricos de los que la potencia contratada puede alimentar;
2) interruptor diferencial de alta sensibilidad, elemento de protección a las personas frente a los contactos indirectos y que permite minimizar el peligro de electrocución; desconecta automáticamente la instalación cuando se produce una fuga de electricidad a través de personas u objetos, como consecuencia de descuidos o. de defectos en la instalación, y
3) interruptores magnetotérmicos automáticos, que permiten la protección de los distintos circuitos independientes de una vivienda frente a las sobrecargas o cortocircuitos que puedan producirse en cada uno de ellos; al tiempo que garantiza el suministro eléctrico a los demás circuitos, permite una localización rápida de la avería o sobrecarga.
Instalación eléctrica de una vivienda
Red de distribución, protección y derivaciónes
La red de distribución está formada por el conjunto de conductores eléctricos de sección suficiente que, partiendo del cuadro de mando y protección, enlazan todos los receptores, ya sean enchufes o puntos de luz. Se realiza mediante conductores rígidos o flexibles aislados eléctricamente y alojados en tubos. Éstos se fijan sobre las paredes o techos, si el montaje es superficial, o discurren por el interior de las paredes si la instalación es empotrada.
El conductor de protección o de tierra es una línea independiente de las de energía y actúa como elemento de protección. Su finalidad consiste en la derivación a tierra de las corrientes producidas por avería de algún electrodoméstico o por defecto de aislamiento de la instalación. Cualquiera de estas situaciones provocaría la desconexión automática del interruptor diferencial.
Por último, las cajas de derivación, construidas fundamentalmente con materiales aislantes, tienen formas redondas o cuadradas y se adaptan a la instalación sobre superficies o empotradas. Sirven para la realización de conexiones y derivaciones de los distintos conductores de distribución de la energía eléctrica.
Operadores eléctricos de control
Con este nombre se agrupan los aparatos eléctricos que permiten el suministro eléctrico a los receptores, así como su control. Los más comunes son el interruptor, el conmutador normal y el de cruzamiento, y el pulsador.
El interruptor se utiliza para abrir o cerrar un circuito eléctrico. Consta de dos bornes, uno de entrada y otro de salida, además de una pieza metálica que interrumpe o activa el contacto eléctrico. La conexión o la desconexión se realizan de forma brusca al bascular una pieza móvil sujeta mediante un muelle que determina su posición. Sus aplicaciones las encontramos en el encendido y el apagado de los puntos de luz, y en la conexión y la desconexión de electrodomésticos.
El conmutador presenta forma externa similar a la del interruptor, del cual se diferencia por disponer de tres bornes, uno común y dos auxiliares. Permite la conexión o desconexión de un circuito eléctrico desde dos puntos distintos. Por otro lado, en función de la configuración del circuito se destaca el circuito conmutado corto y el conmutado largo.
El conmutador de cruzamiento tiene dos disposiciones y cuatro terminales, y permite el control de un circuito eléctrico desde tres posiciones distintas. El conmutador normal y el de cruzamiento se utilizan fundamentalmente para controlar puntos de luz.
El pulsador es un interruptor especial de funcionamiento monoestable. Se activa mientras se mantiene una presión externa, y se desactiva al desaparecer ésta. Existen dos tipos básicos. El primero de ellos mantiene los contactos normalmente abiertos y los cierra cuando el dispositivo es activado. Se utiliza básicamente para control de timbres y cerraduras eléctricas. En cambio, el segundo dispone de los contactos normalmente conectados y realiza la operación contraria al dispositivo antes descrito.
Elementos de conexión
Permiten el contacto eléctrico de los distintos elementos receptores con la red de distribución. Se destacan el enchufe y el portabombillas. El enchufe es una toma de corriente que se realiza mediante la unión de dos piezas metálicas. La pieza fija constituye la base y tiene estructura hembra. La parte móvil, asociada a un determinado electrodoméstico u otro elemento receptor, se aloja sobre la base y permite la transferencia del fluido eléctrico. En el mercado pueden encontrarse enchufes de diversos tipos. Algunos de ellos disponen de toma de tierra, terminal que es el primero en conectarse y el último en desconectarse.
El portabombillas sirve para efectuar la conexión de las bombillas a la red eléctrica, al mismo tiempo que actúa como su soporte. Consiste en un casquillo roscado, al fondo del cual se encuentra un contacto, mientras que el lateral conecta el otro.